Buena arquitectura y buena construcción son dos términos indisociables.
La arquitectura mal construida no merece ser considerada arquitectura aunque en sus parámetros teóricos impecables el arquitecto aúna el arte, la técnica, la ciencia y la combinación de todo ellos es imprescindible.
Los buenos arquitectos siempre fueron buenos constructores ya que el dominio de la técnica es la que hace reflexionar sobre muchos aspectos de la disciplina arquitectónica que de otra forma no sería posible, ¿Podríamos imaginar un buen coche muy bello cuyas puertas no cerrasen bien, se le saliese una rueda en la primera curva, le entrase aguan cuando lloviese, o su motor fuese chorreando aceite?
Carlos Lamela
Madrid, a 16 de mayo de 2007
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